Cita del día:

Latidos para el alma!


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lunes, 30 de agosto de 2010

De entre todas, la mia es ella.






Alcance a tocar con mis manos una estrella, una noche que soñando, entre todas brillaba más que cualquiera de sus gemelas. Pero ella fue distinta a las demás, pues al rozarla por primera vez, en mis manos se quiso quedar y desde entonces cada noche que a mi vuelve, mis caricias la enternecen, mi amor de ternura cubre su esplendor, mi arrullo la duerme, los mimos que de mi corazón se desprenden la mecen en el placer de entre sueños tenerme y a pesar de la distancia, a su lado me siente.
Alcancé a tocar el cielo entre sus pétalos, deshojando los míos para ella, amando su tacto al cerrar mis ojos e imaginando el jardín donde descansaba su antojo. La deshice en elogios por su belleza natural y comparándola entre todas las demás, a ninguna más quise mirar, pues su belleza era tal, que la vista de ella no podía apartar.
Alcance a soñarla tan despacio, que con solo apagar la luz, hasta podía sentirla entre mis brazos, acariciando con ternura su rostro mientras con mis labios besaba sus labios, fundiendo con ese abrazo su cuerpo y mi cuerpo, en un paisaje dorado de retales bordado, que encendía la pasión y la dejaba dormida a mi vera, aprovechando para mirarla horas enteras y así quedarme hasta que el alba viniera.
Alcance..., si! aquella noche una estrella, apenas alzaba el brazo y parecía que mis dedos la mecieran. Pero de tan lejana que era, imagine que en otro mundo anidaba su estela y para alcanzarla quizás mi vida perdiera, quizás mis sueños perdiera, quizás mi alma perdiera, pero si una noche miraras al cielo, y dos estrellas juntas vieras, recuerda mis palabras y piensa..., que al fin a su lado mi amor se encuentra y por toda la eternidad nuestro amor brillara en las noches negras, acompañando a la luna y a millones de enamorados que como yo..., sueñan.


viernes, 20 de agosto de 2010

Quimeras en el aire.





Si pudiera salir de mis sueños, alcanzaria tus manos con la mías para cubrirlas de caricias, dejaría mi piel fundirse con la tuya entre roces repletos de ternura y sentirías lo que yo siento, traspasando este amor desde mis dedos hasta tu interior, dándote el necesario calor, para calmar este dolor por la ausencia que dicta la distancia entre los dos.
Si traspasar pudiera esa barrera, en mis brazos te acogiera con ese candor que vibra apasionado al compas de mi corazón y bailaríamos nuestro amor por las callejuelas, dejando a nuestro paso el eco de todo este sentimiento, que guardado espera impaciente el momento de soltar las riendas, para desbocado acompañarnos en nuestro caminar por aquellos senderos que hubiéramos de inventar.
Si alcanzar a cruzar ese umbral pudiera, dejaría a mis labios hablar, rozando los tuyos con la dulzura de mi amar y te contarían de mis penas y mi pesar que luchan a diario por descansar y olvidar este padecer de no tenerte más allá de mi lecho, en esas noches que el viento me trae tu recuerdo y tu voz me entrega el sentimiento que brota de tu interior, cuando los temores desaparecen entre la palabra y el sueño de querernos sin condición.
Si atravesar esa fina línea pudiera y mis ojos sobre los tuyos alcanzaran a estar, la mirada enamorada del verde esperanza, se atrevería a contar de tanto amor que por entregar quedara entre dos almas que se aman, relatando con su calma las palabras necesarias, para hallar el modo y manera de jamás perder la creencia de que al llegar la mañana sea tu mirada la que me haga despertar.


jueves, 19 de agosto de 2010

Una tarde cualquiera





Salgo del portal y miro al cielo, veo su azul bañándome la piel y al calor correr por mi pecho en forma de sudor de verano que surge nada mas ducharte, aun así huelo el aroma del perfume mezclándose con el PH que sale de mi camiseta y sigo adelante. Comienzo a bajar la cuesta que tanto me va a joder subir después, me acoplo los auriculares del MP4 en mis oídos y las gafas de sol en mi cara, para así evadirme del mundo que va surgiendo a mi alrededor como la hierba en las cunetas, sin control.
Voy observando a la gente, ellos no me ven, pero les observo! Cada uno de un color diferente, de países muy distintos, llegados hasta aquí con esperanza y cuando les miro me pongo a pensar si aquel de la cresta o aquel skin, o esa que va de latín King, aquel que está pidiendo un cigarrillo con pinta de tener el mono y oliendo a sudor tres metros antes de que llegue hasta él y me toque a mi comerme su aliento cuando me pida un pitillo, si a todos ellos y alguno más la esperanza no se le quedaría en el camino recorrido hasta llegar aquí, desde allá de donde partieron.
Salve el obstáculo del drogata porque pilló a una pobre a la que le saco tres cigarrillos, mas por miedo que por pena.., se le veía en la cara!
Prosigo mi camino y suena una de Queen en mis oídos, me relajo un poco y mis pasos avanzan entre el tumulto de personas que pueblan estas callejuelas, antaño parte importante de un núcleo urbano, hoy pasto del dolor humano, en forma de miseria y desazón.
Pero a medida que me acerco a la claridad que dejan pasar los edificios, ya no tan pegados, la vida cobra otro sentido y mirando hacia atrás me doy cuenta de lo mal repartido que esta el mundo. Allí tan negro y aquí tan blanco.
Estamos en Agosto y a media tarde salir a pasear es una opción apetecible, no solo para mi, aunque los 25º grados que marcan los termómetros de la calle puedan insinuar lo contrario. El caso es que desde mi mirada anónima, escondida tras los cristales, voy viendo pasar la vida y a quien la vive conmigo a la par.
Me surge espontanea una sonrisa al ver como un niño disfruta de su helado y al otro lado de la calle dos jovencitos se besas apasionadamente, sin importarles quien pase a su vera mientras miran el escaparate de una tienda de ropa, un poco moderna ya para mi, pero muy apetecible para ellos.
Yo sigo a mi rollo de pasar de todo mientras camino, haciendo que no me fijo en nada, pero quedándome con miles de detalles mientras otra canción empieza a sonar..., es Bonie Tayler y el ritmo de la misma hace que sin querer acelere mi paso un poco y mis dedos disimuladamente se muevan al compas de la melodía.
Entre tanta gente, de vez en cuando elevo mi mirada al cielo y me quedo con algo que muchos no ven, aquellos edificios antiguos ya restaurados y sus fachadas limpias e impolutas de nuevo, después de haber pasado el tiempo por su piedra arañando sus capas. Son como vestigios de lo que fue antaño aquella ciudad y hoy simplemente esta reinventándose a si misma para cubrir otras expectativas de cara a un futuro incierto, donde cada uno va cada día mas a lo suyo y el horizonte no es tan claro como muchos quisieran.
Así voy pasando el tiempo, entre calles estrechas llenas de tiendas y escaparates que gritan COMPRAME!! que estoy en rebajas, mientras mi mente se traslada a miles de kilómetros cuando veo a esas parejas cogidas de la mano, dándose su tiempo para reír, su tiempo para hablar, como adolescentes o maduros enamorados que disfrutan a cada paso de la compañía que yo no tengo y desearía en esos instantes poder mirar, tocar o besar.
Mira que gracia!, suena ahora una canción romántica, como queriendo acompañar ese momento, dándole mas énfasis a mis sentimientos de lo que quisiera, pues bastante doloroso es no tenerla, así que agacho un poco la mirada y continuo mi camino esquivando personas, evadiendo sufrir, pero sin dejar de pensar en ella.
Paso cerca de un personaje peculiar y me paro por un instante, esta inmóvil, con la mirada fija en la nada, simplemente está! y le echo un par de monedas, quizás sea una ayuda para la cena de esa noche, al fin y al cabo cada uno nos buscamos la vida como podemos y tan digna es la suya como la mía, ni siquiera me ha mirado por cierto!
Así que me pongo de nuevo a caminar escondido en mi vida y me voy alejando de ese lugar, abriendo la calle hacia el centro de la ciudad para perderme entre su maraña de calles y empedradas aceras mientras sigo a lo mío, y observando al mundo pasar. Al fin y al cabo soy humano, o que creías!!?


martes, 17 de agosto de 2010

Ojala pudiera!





Quisiera para mí la sapiencia necesaria para aprender a amar y no dar hasta mi último aliento por quien amor siento, aprender a querer guardando para mi sin dejar de regalar sentimientos, aprender a soñar sin perder de vista la realidad y caminar sin miedos por ese sendero llamado vida.
Tratar de entender cómo se puede tener sin ver, besar sin rozar, acariciar sin tocar, oler sin respirar o mirar teniendo los ojos cerrados y así agarrarme con fuerza a lo que nace de mis adentros cada amanecer y no dejarlo escapar.
Poder con mis dedos hundir las teclas y que surjan melodías para ti, siguiendo las partituras entre notas de colores que pintaran los días y las noches de mil tonalidades dando luz a la oscuridad y calor a los temores.
Retozar como un niño entre unos brazos cálidos que arrullen las palabras y deshojen las miradas, aplacando el ansia entre nubes de magia, que son las que llenan una cama cuando dos se aman y recoger tus besos caídos cada madrugada entre los pliegues de las sábanas, para sentirlos de nuevo al despertar y observar en tu piel de seda como los míos quedaron tatuados con pasión y van desapareciendo al compas de los latidos de tu corazón.
Me gustaría aprender cada día, no a amarte más, sino mejor y que de tus palabras salga la fuerza necesaria para ir rellenando un corazón cada alborada, que muere por regalarte todo lo que alberga en su interior. Pues en esto del amor nunca se acaba de aprender y "nada" es uno, mientras "todo" es dos.


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