
La dulzura de tu rostro,
reflejada sobre la serenidad del mar,
calidamente iluminada,
por la tibia luz del sol,
dejaba entrever un halo de tristeza,
de necesidad, de amor;
la miel de tus ojos,
no evitaban ni renunciaban,
al calor que tu corazón destilaba,
en forma de sentimiento;
y el momento…,
inmóvil quedo para siempre en el tiempo,
para recordarte, que existe el amor,
que su ternura te ha alcanzado,
y a pesar de lo ingrato de este mundo...,
alguien desea estar a tu lado. (Javi A)
No hay comentarios:
Publicar un comentario