
Surcando los cielos de madrugada...
esquivas a tus hermanas...
e inventas deseos...
que luego se han cumplir...
Apareces de repente...
de entre la oscuridad latente...
sobre el manto negro...
de la noche inerte.
Tu luz desprende...
un halo de serenidad...
y acompañan a tu manto...
sentimientos de felicidad.
Es dulce tu recuerdo...
una vez desapareces...
y el negro de la noche...
cubre de nuevo mi mente.
La magia que a tu paso dejas...
no tapa del todo mi pena...
y por eso miro al cielo...
cada noche en mi caminar.
Con el deseo...
de que tu luz me vuelva a iluminar. (Javi A)
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