Te extraño entre mis sueños.

Porque puedo escribir las palabras más tiernas en esta madrugada, vuelco la tinta sobre mi alma y transcribo la promesa que hace un hombre como yo, cuando dice que te ama.
Encuentro entre el laberinto de veredas, el verbo asustado que define sin engaño, el sentir más romántico que encontré con el paso de los años y lo postro a tus pies sin reservas, con la única intención de su significado mostrar y sin reparos en verdad demostrar, que a una mujer se la puede amar.
Blancos papeles llené de borrones revueltos con palabras, ante la impotencia de la voz callada. Ensimisme un corazón donde otros solo la superficie rozaban y construí tu mundo a base de jirones, de retales de una vida doblada, donde la sentencia fue mi alma.
Arregle las bisagras de una puerta, que hacía tanto.., tanto que no fue abierta, que construí de nuevo una llave para que abrirla sin pena pudieras, traspasaras el umbral sin miedos y pasearas por las sendas que engalane para ti por si vinieras.
Contrate orquestas que dieron al aire melodías sinceras, volaban entre aromas los ecos de las notas, marcando con su ritmo la impronta en nuestro corazón y pasábamos el tiempo sentados en la orilla del cielo, mientras sonaba entre bambalinas los acordes de nuestra canción.
Probé las mieles de nuevo sin tocarlas siquiera, pero tan cerca las sentía, que alargando los dedos parecía que rozarlas pudiera. Me cubrí con su néctar y aspire el perfume que en mi piel adherido quedaba, cada vez que un te amo a mis oídos llegaba y sucumbía al encanto de volver a nadar entre olas doradas.
Hoy te busco despacio, entre las agujas de un reloj parado, por el peso de los miedos que llegaron del pasado, sin encontrar el camino que perdí no se cuando, al cerrar un momento los ojos para seguirte soñando. Del tiempo recojo la paciencia que dejó la confianza y entre sueños me aferro, mientras mi amor se afianza.